14 años más tarde de haber empezado este proyecto, el de Bosque de Matasnos, nos vemos atrapados de nuevo en una crisis. Por allí, por 2007, decidimos comprar una preciosa finca situada en el sur de Burgos, entre Peñaranda de Duero, Arandilla y Hontoria de Valdearados, haciendo frontera con Soria, en las tierras altas y más frías de la Ribera del Duero. Estamos muy cerca del nacimiento del río que da nombre a esta bonita tierra, la Ribera del Duero. Nos gustó lo que vimos al instante. Un viñedo viejo en mal estado, cierto, pero rodeado de un entorno boscoso como muy pocas veces había visto en mi vida vitícola. «No hay muchos, pensé, quizá ningún otro viñedo en España está encerrado en una masa forestal tan singular» . De ahí nació esta aventura, envuelta en cierta arrogancia por el desconocimiento, y principalmente por el desconocimiento de la que se nos venía encima. No pasaron 12 meses y Lehman Brothers quebró el 8 de septiembre de 2008. El viñedo viejo representaba 4 hectáreas de 240 del total de la propiedad, 80 eran del bosque que nos rodeaba, hoy tenemos más de 50 plantadas en la propiedad y otras 8 hectáreas viejas o muy viejas de los mejores viñedos de la zona. Hemos dado más de 10 vueltas al mundo (dejamos de contarlas al llegar a 10) y quizá ya sean 12, ni lo sé. Pasamos de hacer el vino, yo mismo con un bodeguero y otro compañero que lo cuidaba cuando yo viajaba por el mundo, a emplear a más de 25 personas en el campo y la bodega. Hemos conseguido completar un cambio radical en nuestra propiedad y viñedo, todo, absolutamente todo lo que producimos está certificado como ecológico, desde la uva, los cereales que se comen nuestras ovejas, nuestra miel y hasta nuestro huerto. Somos un potente sumidero de CO2 según nuestro balance en el Ministerio de Agricultura, y lo más importante, nos sentimos muy, pero que muy orgullosos de lo que estamos consiguiendo. A día de hoy, teniendo a la vista esta triste situación, por lo humano y por lo que viene detrás y que ya estamos sintiendo, entendemos que vamos a sufrir mucho. No vendemos una botella desde hace 5 meses, primero por la falta de stock debido a la mayor demanda sobre la oferta y ahora por el maldito virus. Ya tenemos la cosecha 2018 en el mercado y sin quererlo, nosotros, hijos de la crisis anterior, airosos vencedores con un proyecto incólume, nos vemos de nuevo metidos en las trinchera y curiosamente como nuestros sanitarios, con cascos de papel y armas de goma… No sabemos si aguantaremos los envites del enemigo de nuevo. Solamente pensar en que un proyecto como el nuestro, ha demostrado y está demostrando que se puede producir un producto de calidad, generar riqueza en el medio rural, fijar personas a la economía abandonada por todos y además no contaminar. Mejor dicho, mejorar de forma definitiva el medio ambiente y en particular el medio que nos rodea. Nos da el coraje, la fuerza y la alegría de volver a conquistar nuestro objetivo, “el de seguir adelante y demostrar al mundo entero que sí, que es posible generar riqueza y mejorar nuestro medio ambiente”. Lo vamos a volver a conseguir, seguro, maltrechos acabaremos, también seguro, pero lo vamos a volver a hacer… Siempre he pensado y pienso que si hubiera varios Vega Sicilia, varios Pago de Carraoveja, Pingus, Viña Sastres y tantos otros buenos, buenísimos productores de vino en esta Ribera del Duero, la imagen y la calidad de nuestro nombre por el mundo entero no solo sería mejor, además sería más fuerte y contundente. Pero también me gusta pensar y pienso que si hubiera 10 Bosques de Matasnos, además de producir magníficos vinos, nuestro medio ambiente sería mucho, mucho mejor. Jaime Postigo Gómez Socio fundador y CEO