Ha comenzado la vendimia en Bosque de Matasnos, una viña situada a 950 metros de altitud, en Peñaranda de Duero (Burgos), con una particular climatología, que repercute sin duda en el crecimiento de la vid. Un año especialmente difícil para nuestras viñas.
Según Jaime Postigo (Enólogo y fundador del proyecto) “A sido un año de lluvias tardías de primavera y con un arranque de verano con varias tormentas, donde hemos tenido granizo tanto a final de primavera como a principio del verano, acompañados de dos heladas importantes (finales de abril y primeros de mayo) que ha supuesto pérdidas del 50% al 90% en las viñas de las tierras altas del Duero. Ha estas inclemencias hay que sumar las altas temperaturas y la escasez de lluvia a finales de junio, con temperaturas altas diurnas, pero noches frescas que han influido en que tuviéramos un envero rápido e interesante, aunque las altas temperaturas de la segunda quincena de julio han sofocado mucho la uva. Observando la meteorología de estos últimos días hemos decidido realizar la vendimia de las uvas blancas y comenzar también el resto de variedades”.
Para Bosque de Matasnos la climatología de este año ha supuesto una pérdida del 50% en uvas tintas y un 75% en las uvas blancas. Una cosecha muy corta, pero con una uva de mucha calidad.