Un concepto sencillo
Independientemente de si somos profanos o expertos conocedores del mundo del vino, sabemos que cuanto menor sea la extensión del viñedo y, por tanto, la producción, mayor será el cuidado, el esmero y el tiempo dedicado por cada botella elaborada.
Esta es la forma de trabajar para llegar a conseguir un vino como Bosque de Matasnos.
Exhaustividad en las labores realizadas en la viña, elaboraciones cuidadas con el objetivo de extraer todo el potencial aromático y tánico que la variedad Tempranillo nos brinda y mínimos tratamientos realizados a los mostos.
Calidad y no cantidad
Bosque de Matasnos cuenta en la actualidad con 42 hectáreas de viñedo en producción y en ellas se dedican más de 9000 horas de trabajo al año. Prácticamente todas las labores que se realizan en el viñedo son llevadas a cabo de forma manual. Es importante destacar que la vendimia se realiza así siempre.

Bosque de Matasnos prioriza la calidad como premisa principal y esto se ve perfectamente reflejado en los escasos 4000 kgs./ha. que obtenemos de nuestro viñedo. Estos bajos rendimientos aseguran un perfecto equilibrio en la maduración tanto fenólica como alcohólica. Los parámetros que debemos tener en cuenta antes de vendimia (azúcar, acidez, pH, antocianos, polifenoles, peso y volumen de la baya) quedan ajustados de forma armónica gracias a que, desde finales de agosto hasta los días previos a vendimia, se procede a un escrutinio exhaustivo de todo nuestro viñedo.
Siete de cada diez racimos se quedan por el camino desde que se planta hasta que sale la uva. Las uvas utilizadas para la elaboración del vino son Tempranillo, Merlot, Malbec, Verdejo y Chardonnay.

La Bodega, situada en Peñaranda de Duero, centro arquitectónico y cultural de la Ribera del Duero, comercializa 100.000 botellas de su vino tinto al año.
El vino con alma de bosque, ¿quién no quiere disfrutar de un vino así?